Los gases de asistencia para el corte láser desempeñan un papel fundamental en la calidad, precisión y eficiencia del proceso. Durante el corte por láser, además del haz que funde o vaporiza el material, se aplica un gas a presión que facilita la eliminación del residuo fundido, protege la zona de corte y mejora el resultado final.
El tipo de gas empleado varía según el material que se está cortando y el tipo de acabado deseado. Elegir el gas correcto puede marcar la diferencia entre un corte limpio y preciso, o uno con rebabas, oxidación o deformaciones térmicas.
¿Para qué sirven los gases de asistencia?
El uso de gases de asistencia en corte láser tiene varias funciones clave:
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Expulsar el material fundido de la zona de corte para mantener una ranura limpia.
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Evitar la oxidación del borde de corte, especialmente en metales sensibles.
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Reducir la zona afectada por el calor (ZAC) al enfriar el área de trabajo.
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Mejorar la calidad del corte en cuanto a rugosidad, perpendicularidad y precisión.
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Aumentar la velocidad de corte al facilitar la penetración del láser.
Estos beneficios se logran gracias al uso de gases específicos como oxígeno, nitrógeno o aire comprimido, cada uno con propiedades distintas.
Tipos de gases de asistencia en corte láser
1. Oxígeno (O₂)
El oxígeno se utiliza principalmente en el corte de aceros al carbono. Su función no es solo expulsar el material fundido, sino también reaccionar químicamente con el metal, generando calor adicional a través de la oxidación. Esto facilita el corte de chapas gruesas con menor potencia láser.
Ventajas:
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Mayor capacidad de corte en aceros gruesos.
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Aumenta la velocidad de corte gracias a la reacción exotérmica.
Inconvenientes:
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El borde cortado se oxida y puede requerir tratamiento posterior.
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No apto para acero inoxidable o aluminio.
2. Nitrógeno (N₂)
El nitrógeno es un gas inerte que no reacciona con el metal. Se emplea en el corte de acero inoxidable, aluminio y metales no ferrosos, cuando se requiere un borde limpio y sin oxidación. Funciona mediante el principio de fusión y soplado.
Ventajas:
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Bordes sin coloración ni óxidos.
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Ideal para piezas con requerimientos estéticos o para soldadura posterior.
Inconvenientes:
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Mayor consumo de gas debido a la alta presión necesaria.
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No genera calor extra como el oxígeno, por lo que se necesita más potencia láser.
3. Aire comprimido
El aire comprimido es una opción económica y accesible, formada por una mezcla de oxígeno (21%) y nitrógeno (78%). Se utiliza en máquinas de corte láser de baja o media potencia y es adecuado para tareas generales donde el acabado no es crítico.
Ventajas:
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Bajo coste operativo.
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Buena velocidad de corte en materiales delgados.
Inconvenientes:
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Menor calidad de corte que con oxígeno o nitrógeno puro.
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Posible formación de óxidos o rebabas en los bordes.
4. Gases especiales (Argón, helio)
En aplicaciones muy específicas, como el corte de materiales exóticos o extremadamente sensibles, se pueden utilizar gases como argón o helio, que son completamente inertes y no reaccionan con ningún material.
Ventajas:
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Máxima protección del borde de corte.
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Muy utilizados en electrónica, medicina o investigación.
Inconvenientes:
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Coste muy elevado.
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No aptos para producción en serie estándar.
Los gases de asistencia para el corte láser son un componente esencial del proceso. No solo permiten cortar de forma eficaz, sino que influyen directamente en la calidad del borde, la velocidad de trabajo y la limpieza de la pieza.
Elegir el gas adecuado según el material, la potencia del láser y el tipo de corte requerido es fundamental para obtener resultados profesionales. En entornos industriales, una correcta gestión del gas de asistencia también implica ahorro de costes y mejora de la productividad.